Para Julio Chavezmontes, cofundador de la casa productora Piano, y quien a inicios de este año estuvo nominado al Premio Oscar por la coproducción de El triángulo de la tristeza, la existencia de distintas ventanas de distribución es importante para garantizar la permanencia del cine independiente.
Asegura que si bien las plataformas son ventanas que permiten alcanzar a un público enorme, tampoco es saludable que prevalezca una sola voz.
“Si perdemos a la industria independiente, perdemos la capacidad de concebirnos a nosotros mismos a través del cine y del audiovisual. De decidir qué imagen le presentamos al mundo. A escoger cómo presentamos nuestros problemas como país, nuestros sueños, así como nuestros anhelos. De repente, esta puede ser una decisión que se tome desde una multinacional, en una oficina que no tienen idea o conexión con otras realidades, desde la cual se están haciendo productos de entretenimiento, generalmente lícitos e importantes. Pero si es una única voz, sería una tragedia” dijo.
Chavezmontes afirma que preservar la diversidad y la voz única que puede ofrecer el cine independiente no solo es saludable, sino necesario, al momento de colocar conversaciones sobre los temas que pueden definir, o al menos ayudar a pensar, en el futuro.
“Soy de la idea de que una industria audiovisual saludable es un ecosistema diverso, con muchísimas opciones para diferentes tipos de películas, del que todos nos beneficiamos. El verdadero peligro es cuando hay una sola voz preponderante” comentó.
El productor y guionista mexicano explicó que el cine independiente no tiene mucho presupuesto, por lo cual el que se pueda exhibir su producto en distintas ventanas garantiza su financiamiento, además del encuentro con el público.
“El cine independiente no tiene el alcance mediático de un estudio de Hollywood, que además de grandes recursos para realizar la película tiene una capacidad de marketing inalcanzable” explicó, tras comentar que las regulaciones de los Estados son fundamentales para hacer más fuerte al cine de vanguardia, aquel que tiene una voz autoral singular.
Explicó que un ejemplo es Francia, que tiene regulado el recorrido que hace una película, primero en cines, luego en canales de televisión y plataformas, además de garantizar fondos para realizar proyectos, respetar el derecho de autor y ejecutar políticas concretas hacia los exhibidores.
COPRODUCCIONES EN MARCHA
Comentó que 2023 ha sido un año de producir mucho contenido. Están terminando un documental de la argentina Lucrecia Martel, que narra la historia del asesinato de Javier Chocobar, coproducción Argentina, EE UU, México y Dinamarca.
Además, están filmando la película La desaparición, del cineasta ruso disidente Kirill Serebrennikov, que aborda la huida de Josef Mengele a América Latina, la cual está basada en el best seller de Olivier Guez, una coproducción entre Francia, Alemania y Argentina.
“Creemos que es una película extraordinaria, que narra la historia del famoso Ángel de la muerte de Auschwitz, que pudo escapar de la justicia por décadas, gracias a la complicidad de varios gobiernos latinoamericanos. La película retrata lo que esta complicidad le permite a este monstruo, al evadir la justicia además de también retratar el efecto del tiempo sobre este hombre” comentó, tras afirmar que es una conversación (el que países latinoamericanos hayan sido cómplices de Mengele) importante de sostener, en tiempos de tantos discursos de odio y mensajes xenófobos y movimientos antimigrantes.
Además, están produciendo la película Matar al jockey, del director argentino Luis Ortega, (El ángel), protagonizada por Nahuel Pérez, Daniel Giménez Cacho y Úrsula Corbero, que es también una coproducción.
Comentó que además han estado trabajando en el documental de la directora mexicana Lucía Gajá, sobre la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide.
Adelantó que en el 2024 filmará la próxima película de Michelle Garza (Huesera).