Luis Manzo, director venezolano con más de 40 años de experiencia haciendo novelas entre Caracas, Miami y más recientemente en México, en entrevista en #PRODUprimetime con Ríchard Izarra, destacó que el cambio en la producción del formato de telenovela clásica de unos 140 episodios a la moderna, de 40 a 80 capítulos, lo ha llevado a pensar más, a tener más de disciplina en la puesta en escena, a estudiar mucho más el trabajo con los actores, el sonido y la luz.
“Creo que es el paso más importante es que se empieza a pensar en función del contenido, no solo la eficiencia, no solo la rapidez, sino que el contenido tenga narración. Por eso se graba a dos cámaras independientes donde la respuesta del que oye es mucho más importante, del interlocutor, y el editor tiene más posibilidades de narrar, de echar el cuento” apunta.
REDUCCIÓN DE EPISODIOS
Manzo expresa que la reducción de episodios vino a raíz de que los ejecutivos de TV percibieron el agotamiento del espectador, “tuvieron el olfato para decir ‘cómo hacemos para que el producto no se nos caiga’, porque además Netflix bajó la audiencia de la TV abierta de 3 o 4 cuatro millones a la mitad, a casi un 60%. ‘Entonces cómo le entramos a esto para que el espectador no se nos vaya -esa es mi especulación”.
Agrega que es un hecho que “las novelas captan de nuevo al público porque esas historias de 200 capítulos, llevadas a 80, son mucho más divertidas, las situaciones pasan más rápido, se resuelven los conflictos mucho más rápido, tienes que replantearte la reiteración, ya no es copy-paste, sino reestructurar creativamente la reiteración que es tan importante en las telenovelas, en toda narración”.
DETALLES DEL CAMBIO
Manzo explica los detalles de esta transformación. “Se cambia el sistema de lentes zoom que trabajaban con las cámaras fijas a lentes objetivos variables, cambias la óptica y eso modifica la forma de narrar, modifica la forma de emplazamiento, modifica la puesta en escena, o sea, te pone a pensar en otra perspectiva; se puede trabajar con más tiempo a los actores, con los personajes. Hay una dinámica distinta”.
Relata que el cambio tecnológico, de formato, costó mucho para convencer a las empresas de invertir un poco más y fue un poco duro, “pero lo entendieron perfectamente. En ese tiempo estaban Marcos (Santana), Luis Silberwasser y Ricardo Cueto. Tomar esa decisión fue muy importante”.
Comenta que los directores antes sólo contaban con un floor manager y los productores ordenando todo. “Ahorita la relación es mucho más sinérgica. Ya no existe esa cabina que era aislante, ahora los tienes al lado tuyo y ellos te aportan. Y el trabajo con los actores es fundamental. Hoy en día intentamos, que trabajen sin el apuntador y cuando lo hacen, el músculo de la memoria se activa y pueden trabajar con más eficiencia las emociones”.
MELODRAMA ES UN GRAN GÉNERO
Manzo apuntó que el melodrama no es un género menor. “El melodrama es un gran género, muy nuestro además, un género con unas normas, con una estructura muy claramente definida”.
Destaca que el cambio ha generado que los escritores tengan que ser mucho más rigurosos en cuanto a cómo plantean su estructura dramática. “Los directores tienen que plantearse otra forma de narrar sin perder el gancho del melodrama, la música también se tiene que modificar porque ya no es aquel acordetazo final que nos tenía acostumbrados la gran Delia Fiallo que decía: ‘en la escena final acordetazos dramáticos’. Ahora la música va más acorde con lo que se va narrando, con las emociones. La relación con los escritores, que antes eran intocables, ahora puedes hablar con el escritor, la fotografía cambia. Todo se modifica y lo ves en pantalla”.
MARIPOSA DE BARRIO INICIÓ EL CAMBIO TECNOLÓGICO
Manzo comenta que la primera serie que se hizo bajo el cambio tecnológico fue Mariposa de barrio, acerca de la vida de Jenni Rivera, y luego hicieron Al otro lado del muro “y de ahí no se detuvo el trabajo de Telemundo en eso”.
Indicó que los cambios no se dieron “a rajatabla, venía un proceso que se estaba gestando antes. Teníamos discusiones, análisis, apareció Netflix y eso nos dio otra opción narrativa. Cuando hicimos Mariposa de barrio con Telemundo, la palabra era que por primera vez salimos de la zona de confort y tenemos que trabajar con rigor, y los primeros capítulos que son de época son totalmente un trabajo de investigación de la época, de vestuario, de maquillaje, de ambientación muy interesante”.
FORTALEZAS
Consultado sobre cuáles son sus fortalezas, Manzo indica que es una buena persona y no discute por tonterías. “Creo que el gran secreto de esto es que uno ha cometido tantos errores en su vida profesional, que cualquier cosa que aparezca nueva no te asusta, no te constriñe. Al contrario te obliga a basarte en tu experiencia, en tus 80.000 horas de vuelo para aterrizar ese avión en el Hudson” finaliza.
Ver entrevista con Luis Manzo de Telemundo Studios en #PRODUprimetime con Ríchard Izarra