Survivor, la isla de los famosos, formato reality de Banijay hecho por RCN TV de Colombia y que actualmente está al aire en su país, se realizó en la isla de Saona, que hace parte del Parque Nacional Cotubanamá, en República Dominicana, razón por la cual los estándares de sostenibilidad debieron ser más altos que los normales.
“La isla es una reserva, por lo que no se puede tocar. Todo se consigue o se construye por fuera y se debe llevar en lanchas allá. Eso requería una logística bastante complicada” contó Juan Pablo Gaviria, productor ejecutivo del programa.
Varios de los integrantes del equipo de producción estuvieron en versiones anteriores del programa que se hicieron entre 2004 y 2007. Con respecto a esa época, es claro que hubo muchos cambios que reflejan una mayor conciencia ambiental. “Antes, por ejemplo, llevábamos muchas botellas plásticas para los líquidos, llevábamos las comidas en contenedores de icopor (como se le conoce en Colombia al poliestireno expandido). Hoy en día quitamos todo eso con el fin de rebajar todo lo que se pudiera la huella ambiental” añadió Gaviria.
Lucas Jaramillo, uno de los directores de arte del programa, rol que compartió con Álvaro Córdoba, explicó que con el equipo de producción siempre pensaron en manejar todo con conciencia ambiental: “Desde la producción ejecutiva y la dirección de arte quisimos expresar ese compromiso con el medio ambiente. Para esto, por ejemplo, todo se diseñó de tal manera que pudiéramos reutilizar casi el 70% de las piezas que tuviéramos que construir”.
Asimismo, el equipo de producción garantizó que
la madera usada tuviese la garantía de no provenir de árboles que no se
pudieran talar. Cabe señalar que, por supuesto, no eran provenientes de la
isla, pues allí no hay madera.
“El elemento más visual, más bonito y representativo desde el arte son unas telas rotas que fueron con las que más llenamos la pantalla para no tener que utilizar tanta madera y tanta materia prima, y así ser muy consecuentes y respetar la naturaleza y el medio ambiente” destacó Jaramillo, quien agregó que las telas fueron un elemento sencillo pero perfecto, ya que les permitió también jugar con uno de los conceptos del programa desde el arte: “un cementerio de galeones donde lo único que se ve son las grandes telas luego de que se hunden”.
Debido a las condiciones complejas de realización del programa y además de la conciencia ambiental que querían aplicar, RCN tuvo dos directores de arte en esta versión de Survivor, la isla de los famosos, algo que no es común en los programas de este tipo. “Con Álvaro Córdoba no nos conocíamos y en el momento que nos presentaron de inmediato hicimos clic y en el trabajo nos fuimos conectando aún mejor. Es difícil que esto suceda por cuestiones de ego, pero la realidad es que fuimos una gran suma complementados por todo el equipo. Es un ejemplo muy bonito para el medio” reflexionó Jaramillo.