Kyzza Terrazas, director de Desarrollo y Producción Creativa de La Corriente del Golfo, afirmó que mucho del corazón de la productora está en promover la reflexión acerca de realidades que requieren ser transformadas, como el cuidado del medio ambiente o la falta de equidad.
“A nosotros como compañía nos preocupa mucho nuestro entorno. Hemos crecido involucrados en intentos de transformar realidades para que sean más equitativas. Eso nos mueve y se ve reflejado en lo que hacemos. Es por lo que no buscamos hacer producciones que sean masivamente aceptadas o que se conviertan en un hit” dijo, tras comentar que no es que solo hagan este tipo de proyectos, sin embargo, la reflexión y el deseo de generar un cambio está presente en muchos de sus trabajos.
Entre los últimos proyectos de La Corriente del Golfo se encuentra Todo va a estar bien, para Netflix, Pan y circo para Amazon Prime Video y la serie web El tema, que aborda problemas medioambientales en México a través de historias con protagonistas (activistas, indígenas, defensores de derechos humanos, académicos).
Recordó que Diego Luna y Gael García Bernal, fundadores de La Corriente del Golfo, iniciaron juntos el proyecto Ambulante, un festival itinerante de cine documental. “Y vaya que los documentales son un vehículo para mostrar y confrontar realidades” apuntó Kyzza.
“Definitivamente, creemos que el medio audiovisual puede provocar reflexiones importantes y mover a la gente. No creemos que por sí mismo pueda crear un cambio social, pero sí generar diálogo” afirmó, tras recordar que, siendo latinoamericanos, están muy conscientes de que se encuentran en una región muy desigual.
Agradece que exista mayor apertura y espacio para proyectos con cierta ambición estética y política, y que las producciones latinoamericanas traspasen fronteras. Sin embargo, afirma que el reto no solo es generar proyectos que puedan atender a las realidades de los latinos en EE UU, sino que las producciones que se realizan en Latinoamérica tengan más promoción en ese mercado. “El público hispano ha sido bastante menospreciado por estudios y plataformas. Por más que las producciones que hacemos se pueden ver allá, no se enfocan a promoverlas, de forma que tengan acceso a proyectos y producciones en su idioma”.
Ve con optimismo que por primera vez estudios y grandes compañías están produciendo películas y series en español. “Es una realidad que la industria ha crecido. Cuando empecé no se podía aspirar a vivir de escribir para cine y el medio audiovisual, y hoy vemos que no hay suficientes escritores para atender la demanda”.
En cuanto a la duración de las series, afirma que hacer series cortas, de ocho episodios, permite entregas más rápidas a las plataformas, al tiempo que las audiencias las pueden consumir en una o dos tandas, casi como si fuera una película. “Ante la demanda de producción, se puede responder más rápido con producciones cortas, ya que encarar una producción de 13 capítulos, por ejemplo, supone mayor costo y preparación”.