Chels Briseño es cinematógrafa y operadora de cámara desde hace ocho años. Se estrenó por la puerta grande, con Rudo y curso, una película de Carlos Cuarón que contó en la producción con Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro.
Recuerda que, aunque en sus inicios los encargados de cámara de las casas de renta no veían bien a una mujer operadora de cámara, en general ha trabajado sin problemas por su género.
Solo una vez sufrió maltrato en el set. “Fueron 12 semanas que se me hicieron eternas, en las que incluso me dieron ataques de ansiedad. Esta persona, que es de las que les gusta humillar, continuamente hacía comentarios misóginos y despectivos sobre mi trabajo. En el set todos se daban cuenta, pero nadie puso un límite” recuerda.
Unos meses después de ese proyecto, comenzaron reuniones para la prevención del maltrato en el set e incluso se creó una línea a la que se puede llamar anónimamente para denunciar abusos. “La primera empresa que lo hizo fue Netflix. Existe la Línea Netflix, que permite levantar la alerta”.
Dijo que le agrada encontrar cada vez a más mujeres como operadoras de cámara. “Ahora, en Control Z, somos tres mujeres manejando la cámara A. Y está muy chistoso, porque en la otra cámara son solo hombres”.
Afirma que le gusta trabajar con hombres fotógrafos. “Se hace un equilibrio, tanto de sus ideas como de las mías. No me gustaría que el mundo se volviera al otro extremo, en el que dominen las mujeres. Pienso que debe haber un equilibrio, porque las visiones diversas generan muy buen resultado”.