La llegada de las plataformas hace unos cinco años trajo un cambio en la valoración de la mujer en la industria audiovisual en México, pues también llegaron nuevos protocolos de trabajo y buenas prácticas. En realidad, se empezó a tratar mejor a todo el mundo.
“La primera vez que estuve en una serie de Netflix me sorprendió cuando me dijeron que tendríamos un curso para que no haya violencia en el set. Esto coincidió con la experiencia del Metoo, que influyó en estas buenas prácticas. Hemos experimentado una toma de conciencia más grande sobre estos temas a nivel global” dijo a PRODU la cineasta y cinematógrafa Dariela Ludlow.
Tania Benítez, VP de producción de THR3 Media Group, comparte esta idea. “Las compañías internacionales se enfrentan a retos como proteger al talento que traen a nuestro país, lo que se refleja en los contratos, que antes eran simplemente buenas prácticas. Al hacer contenido de calidad para plataformas, hay que cumplir con exigencias, que van desde cómo llevas tus impuestos, estándares que cumplir, tratar muy bien al equipo —que es el mejor— y tener un excelente ambiente de trabajo. Todo esto se refleja en el contenido”.
Las plataformas llegaron, a su vez, con demanda de más contenido. Incorporar a más mujeres a proyectos es consecuencia natural para satisfacer esta demanda, afirman Benítez y Ludlow.
Para Aldonza Contreras, sonidista mexicana, no son las plataformas las que trajeron el cambio a México, ya que, desde antes, con productoras como Canana Films, se usaban estas buenas prácticas. “Que Netflix haga estos cursos o tengan estos manuales es consecuencia de un cambio que tiene lugar a nivel global. Aportan al cambio, pero no son las que lo están generando” puntualizó Contreras.