Después de semanas trasmitiendo clips y algunas repeticiones, la actual competencia de American Idol en EE UU vuelve el domingo 26 de abril a la televisión en un formato hecho en remoto, todo un desafío de producción para sortear las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Los 20 mejores concursantes seleccionados siguen en competencia desde sus casas, al igual que el presentador Ryan Seacrest que sacó del garaje el escritorio original de American Idol que guardaba de recuerdo, y los jueces Katy Perry, Lionel Richie y Luke Bryan, así como la banda de Pooley.
El programa se está armando con grabaciones remotas desde 45 ubicaciones, ha explicado la productora ejecutiva, Trish Kinane, en la prensa estadounidense. Se enviaron cámaras de iPhone y kits de iluminación a todos los concursantes a quienes se les ha guiado por Zoom y Skype sobre cómo y dónde filmar sus actuaciones en casa, armar el set y cómo maquillarse y vestirse. Las clases de canto también han seguido de esta forma.
El programa avanzará más rápido. En la jornada del domingo el grupo se reducirá a la mitad. Solo la final, con los resultados, se transmitirá en vivo.
En verano deberían arrancar las audiciones para la próxima temporada, para lo que el clásico autobús recorre el país en busca de los participantes. Todavía no saben si tendrán que repensar todo el programa desde el inicio. La experiencia con American Idol permitirá a Fremantle reevaluar la transformación de otros formatos en función de la nueva normalidad.