La evolución de la tecnología digital ha modificado los hábitos de consumo de medios y a la vez ha provocado un cambio de paradigmas para la industria de la publicidad.
Gran parte de los millennials y la generación Z sigue expuesta a pautas publicitarias donde el alcance, la frecuencia y el bajo costo por impacto, determinan en gran medida la inversión y selección de medios.
Las pautas publicitarias de secuencias de hasta diez anuncios en un corte comercial en programas de alto rating resultan molestas para las audiencias y representan un desperdicio importante para la inversión de las marcas.
Además de la conveniencia, para combatir esta publicidad intrusiva e inoportuna, los consumidores de contenidos en video se mueven cada vez más a servicios de streaming, y por otra parte el uso de adblockers sigue en aumento.
Ante esta realidad, la buena noticia es que 17% de las personas declaran que la publicidad les ayuda a decidir por una marca o producto.
El reto para las marcas es, según Alejandro Enríquez, Custom Solutions Head para América Latina, Comscore, ¿cómo comunicar sus mensajes con la aceptación de parte de las audiencias?
“Si bien el branded content existe desde el siglo XIX, ha venido adquiriendo cada vez mayor relevancia al integrar de una forma oportuna y respetuosa la presencia de las marcas en los diferentes formatos de contenidos para las audiencias” explica.
Uno de sus frenos es el desconocimiento de los sistemas que permiten evaluar el valor de los medios utilizados en este tipo de campañas, aunque ya existen herramientas para evaluar el branded content de marcas líderes a nivel mundial, que permiten conocer el valor de los medios y estimar el impacto en las audiencias en la recordación, actitud hacia la marca e intento de compra.