El cofundador de Sparkling y Somos R!DE,
Rafael Barthaburu, reflexionó sobre los desafíos que se presentan en la transición
de pasar de ser una pequeña empresa a una mediana y lo clasificó como un reto interesante e inspirador.
“Esto implica desprendernos de algunas prácticas que
fueron muy útiles y exitosas para ayudarnos a crecer, pero que debemos
modificar y mejorar para afrontar los nuevos desafíos. Especialmente porque
aunque parece poco tiempo, en estos cinco años el negocio ha cambiado mucho”
expresó.
Para Barthaburu, el crecimiento también obliga a entender
que la operación de una empresa de 30 personas es muy distinta que la de una de
80. Las implicaciones son múltiples: la responsabilidad de mantener las
posiciones, el ajuste en procesos para asegurar la productividad, la alineación
de todos los esfuerzos, la proyección misma de la empresa dentro del mercado,
es decir, te lleva a repensar si el rol que ha tenido la empresa hasta ahora es
el mismo que los llevará al crecimiento sostenido.
“Los retos que se ven en momentos de crecimiento
exponencial, están centrados en dos cosas: la primera es mantener la calidad
del producto al tiempo que se tiene que soltar la ejecución para poder prestar
más atención a la operación, y la segunda es aprender a gestionar el crecimiento
que buscamos desde hace unos años”.
Remarcó que todos estos factores inciden en que 2019 haya
sido un año de arduo trabajo al interior, de mejorar procesos, de integrar a la
agencia áreas que antes estaban fuera de su estructura prestando servicios
especializados, de comenzar a pensar como una empresa de mayor tamaño para poder
resolver las necesidades de sus clientes de formas más eficientes y
sustentables a mediano y largo plazo.
“En un año de transición en el país, Sparkling ha logrado
consolidar su trayectoria de cinco años de crecimiento constante en cuanto a
número de clientes, proyectos y actividad comercial” concluyó.