América
Móvil deberá compartir su red e infraestructuras con las empresas
rivales. Con ello desestima una alegación de la operadora que había
frenado un aspecto esencial de la reforma de las telecomunicaciones
en el país.
AMX
pretendía eludir esta sentencia dividiendo Telmex de América Móvil,
lo que cuestionaba la eficacia de las reformas que exigen que la
operadora provea de servicios de interconexión a sus competidoras,
en tanto que dicho requisito violaría sus derechos empresariales.
No
obstante, la Suprema Corte de Justicia declaró que “el propio
decreto constitucional reconoce la imposición de ciertas
obligaciones sobre el agente económico preponderante, que expirarán
una vez se den condiciones de verdadera competencia en el mercado”.
América
Móvil tiene ventaja de infraestructura por más de 20 años, lo cual
es uno de los pilares centrales de las reformas que se introdujeron
en el 2014 y que estaban concebidas para poner cortapisas al
predominio de dicha operadora.
Si
bien, en este caso, América Móvil no ha logrado sus objetivos, sí
los consiguió a finales del 2017 a propósito de otras reformas,
cuando la Suprema Corte llegó a la conclusión de que la operadora
podía cobrar a sus rivales por conectar llamadas a su red, dejando
en manos del organismo regulador mexicano IFT establecer las tasas de
interconexión.
América
Móvil había argumentado que las medidas eran injustas y comportaban
una pérdida de derechos sobre su negocio, destacando que las
empresas con las que compite sí podían cobrar por la conexión de
llamadas tras la reforma del 2014.