Recientemente, The Dark Overlord —la persona o personas que tomaron el crédito por el robo de 10 episodios de la quinta temporada de Orange is the New Black de Netflix—, consiguieron su liberación, una vez que la empresa rechazó las demandas de rescate; también filtró episodios de la serie de ABC Steve Harvey’s Funderdome. El ciberdelincuente se ha jactado de cosechar, aún más, material de otros estudios.
Si bien el hacking ha existido por décadas, tomar el contenido como rehén es un fenómeno más reciente. El hack hacia Sony en 2014, atribuido al gobierno norcoreano, parece haber marcado un punto de inflexión. Amenazas —ya sea a través de ataques de ingeniería social o intervención humana no autorizada— se están moviendo más arriba en la cadena de manejo de contenido y solo prometen continuar, afirma Variety.
De acuerdo con un estudio de Irdeto, el 32% de los consumidores afirman consumir piratería.
Entonces, ¿cuál es el costo de la piratería para la comunidad de contenido? Las estimaciones varían mucho, desde los US$6.100 millones anuales sugeridos por la MPAA y LEK Consulting, hasta los US$20.500 millones anuales en costos para la economía estadounidense en general.
El riesgo es innegable. ¿Qué empeoraría el problema? El pánico, y tomar malas decisiones. De acuerdo con expertos en seguridad, la comunidad de contenido debe pensar en términos de rigurosos procedimientos de seguridad respaldados por un rastro de auditoría que registra cada persona y evento que toca un activo de video, para lo cual es necesario acudir a empresas expertas.