Juan Carlos López Lam, jefe de la Unidad Control y Supervisión de TV por Cable de Guatemala
(Omar Méndez, enviado especial a Cartagena). Guatemala tiene 362 empresas formales de televisión por suscripción y alrededor de 42 informales que en este momento tramitan su permiso legal. El parque total de abonados denunciados ronda los 160 mil, un número que se comprende al recordar un par de datos básicos de la realidad guatemalteca: su crítica situación económica y la escasa población en sus ciudades. De los 12 millones de habitantes sólo el 40% vive en áreas urbanas. Sobre esa cantidad, los hogares con televisión apenas llega al 50%. Pese a ser un mercado pequeño, adolece prácticamente de los mismos males que otros países con desarrollos importantes en el negocio. “Nuestros problemas centrales son la piratería y el subreporte de suscriptores que realizan los operadores legales. Nos revelan entre 1 y 10% del total, realmente una barbaridad”, le expone a produ.com el jefe de la Unidad de Control y Supervisión de Televisión por Cable del Ministerio de Comunicaciones de Guatemala, Juan Carlos López Lam. El funcionario fue uno de los expositores en la Primera Cumbre Iberoamericana de Entes Reguladores de la Televisión que se cerró anoche en Cartagena de Indias.En su lista de problemas y quejas referidas al mercado de TV paga, López Lam remarca una en particular: “Nos dificulta mucho la falta de comunicación de los programadores internacionales, fundamentalmente los que tienen que ver con el segmento premium. El problema número uno es el que se genera con los canales diferenciales. Por ejemplo, HBO le vende sólo a los grandes operadores y no a los chicos. Entonces los chicos encuentran en esta discriminación una excusa para piratear esos canales haciendo un ilegal uso del servicio de DIRECTV. El problema es que los programadores internacionales tienen una muy escasa representación en el país. Y cuando se enteran que los piratean inmeditamente acuden a nosotros pero no hacen nada por propia cuenta para combatir esa clandestinidad. Lo que queremos concretamente es que estén en Guatemala o le den una representación a alguién para que vele por sus derechos. Queremos y necesitamos trabajar conjuntamente con los programadores y con todos los actores vinculados a esta problemática. Necesitamos que todos se involucren más, que se comprometan más”, sostuvo.