
Un salón alcanzó para albergar a las empresas que apoyaron la onceava edición de la expo brasilera. La asistencia estuvo por debajo de las expectativas
(Omar Méndez, São Paulo). Desde el 2000, la feria mayor de la televisión de pago de Brasil ha perdido magnitud y hasta importancia para las compañías proveedoras del mercado y para las mismas empresas operadoras. La edición 2003 ha sido la más pequeña de las 11 que se llevan realizadas hasta el momento: una evidencia precisa de la situación actual del mercado local, parado en estos tres años en 3,5 millones de clientes. Según la propia entidad organizadora, en esta oportunidad hubo 52 expositores, representantes de 102 compañías proveedoras del mercado, y poco más de 4.900 visitantes. Más allá de la contabilidad oficial, a diferencia de los años anteriores y muy a la distancia de las ediciones del segundo lustro de la década pasada, la expo 2003 mostró una regular asistencia, mucha calma en sus pasillos, y un clima de intranquilidad en los expositores, especialmente durante el primer día cuando la masa de gente arribada distaba mucho de la esperada. ¿Continuará esa tendencia a la baja de lo que hoy es la expo de mayor porte de América Latina? El interrogante quedó plantado entre los presentes: No habrá respuesta positiva hasta tanto el mercado reaccione. Lo que es indiscutible es que la expo de ABTA no seguirá la suerte de las jornadas argentinas, diezmadas por la hiperconcentración del mercado y la quiebra de la economía nacional. Brasil todavía no ha explotado en TV paga su enorme potencial; la feria tampoco.El congreso, en cambio, mostró indudables atractivos para la industria. Eso se pudo palpar en cada una de las sesiones centrales, con asistencia casi perfecta, y en los interesantes seminarios (21 en total) realizados a lo largo de los tres días que duró esta edición. Según ABTA, hubo 975 personas inscritas y 104 conferencistas, muchos de ellos de reconocida labor en el mercado doméstico. A diferencia de otras ferias de la región (acostumbradas a eludir la realidad de sus problemáticas), la organización del evento brasilero puso en el escenario los temas urgentes y críticos. Los debates se caracterizaron por el clima conciliatorio expuesto por los diferentes jugadores del negocio, tanto de proveedores como de operadores.