La nave Ariane 5 salvó su vida en el cuartel central de Arianespace, en Francia. La junta de directores mantendrá los planes iniciales decididos para el proyecto más caro de la historia satelital
El cohete Ariane 5, el más sofisticado del mundo entre los lanzadores de satélites, sorteó este viernes la prueba más difícil a la que ha estado expuesto desde su nacimiento. Después del fracaso del vuelo 157, en el que se perdió una nave y dos satélites (uno de ellos de Eutelsat), la Junta Directiva de Arianespace, propietaria de la nave, le levantó el pulgar y renovó la confianza en sus capacidades. En Evry, Francia, los máximos jefes de la compañía aprobaron la postura de ordenar más Ariane 5 y despejar los crecientes rumores que aseguraban el fin del más ambicioso proyecto de lanzamientos de satélites.“Con esta decisión, Arianespace estará en condiciones de asegurar la continuidad de sus servicios de lanzamiento, y responder a las exigencias del mercado con servicios fiables”, apuntó hoy una fuente de la empresa.