La intervención de Portugal en la Copa, encabezada por Figo, su estrella, no ha preocupado mucho a las televisoras nacionales
Aunque el equipo nacional será protagonista del Mundial Corea-Japón, en Portugal no hay un manifiesto interés por la transmisión televisiva del evento. Recién este jueves, el país tiene una empresa nacional con los derechos adquiridos y en condiciones de comercializarlos entre las televisoras abiertas y de pago. Sport-TV, una sociedad conformada por Portugal Telecom y Olivedesportos, pagó a KirchMedia sólo 8 millones de euros por la retransmisión exclusiva de los 64 partidos de la Copa del Mundo 2002. La cantidad es otra cachetada para el grupo alemán que esperaba obtener una cifra mucho más importante, teniendo en cuenta la intervención de este país en el campeonato. Ninguna de las tres cadenas generalistas de alcance nacional ha mostrado deseos de quedarse con la exclusividad de las transmisiones. La TV pública está impedida de intervenir en la operación por decisión del gobierno portugués.