(Manolo Rosero, Quito). A partir del 1º de enero del 2002, cualquier compañía, sea nacional o extranjera, podrá competir en el Ecuador para ofrecer servicios de telecomunicaciones, especialmente telefonía, video y datos. Esta apertura fue sellada recientemente con los nuevos contratos que cancelan la exclusividad que habían gozado hasta ahora Andinatel y Pacifictel, empresas que han estado prestando estos servicios en la sierra y en la costa ecuatoriana, respectivamente.Estas nuevas regulaciones se espera que motiven la inversión extranjera y nacional, produciendo una mejora considerable en los servicios y sobre todo, un abaratamiento en las tarifas, beneficiando de gran manera a los usuarios.De igual forma, se empezará a licitar las bandas de espectro radioeléctrico, las más apetecidas por sus frecuencias para transmisión de voz, datos e imagen, dentro del sistema convergente que abre el paso a los sistemas de tecnología digital y multimedios.Dentro de esta renegociación con Andinatel y Pacifictel se ha producido un desgaste profundo por parte del gobierno a través de Conatel (Consejo Nacional de Telecomunicaciones ), en la preparación de los contratos que no llenaron las expectativas de estas empresas. El punto de la discordia es la exigencia de compensación económica por el apresurado cese del contrato de exclusividad, el cual ha tenido un recorte de un año.El gobierno, por su parte, dentro de las negociaciones con estas empresas, redujo los subsidios que se aplicaban al servicio de la telefonía internacional en perjuicio de su correspondiente nacional.Andinatel ha reclamado mayores compensaciones como el otorgamiento de licencias para telefonía celular. El gobierno, apegado a la ley especial de telecomunicaciones, ha respondido que es imposible lo que Andinatel pretende, ya que esta licencia para operar servicios de libre competencia, tendría que ser licitada en subasta pública.Una vez establecida la apertura de las telecomunicaciones en el país, Conatel, a través de su presidente, el ingeniero José Pileggi, informó que hasta que se produzca la libre competencia el próximo mes de enero del 2002, se encargará a través de concurso público, la administración de Andinatel y Pacifictel, para que mejore su eficacia y sobre todo y lo mas importante, que no se prolifere una politización en su interior.Por otro lado y a sabiendas de la ya concebida ley de libre competencia, las empresas Andinatel y Pacifictel que competirán a nivel nacional en el 2002, se han puesto de acuerdo para instalar un tendido de fibra óptica, el cual estaría destinado a aumentar la potencia de enlace entre Guayaquil, Quito y sus alrededores.Por su parte la empresa argentina Impat, se apura para obtener el permiso correspondiente para instalar un circuíto de fibra óptica entre las ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato, con lo cual estaría en mayor capacidad de ofrecer sus servicios de transmisión de datos, limitados ahora por el uso de tecnología satelital de costos mas elevados.