Arturo Pereyra Director
El realizador venezolano Arturo Pereyra es socio fundador y uno de los directores más prolíficos de la casa productora Whisky. Con más de 20 años de experiencia en rodajes a lo largo de América Latina, EE UU y Europa, su trabajo ha sido premiado en importantes festivales de publicidad como: el Círculo de Oro México, El Ojo de Iberoamérica, Cannes Lions, London Advertising Awards y New York Festival, entre otros.
Grandes marcas como Bacardí, Banamex, Banorte, Bellsouth, Budweiser, Bimbo, Bridgestone, Coca-Cola, Caracol Televisión, Ford, HSBC, Kraft, Kimberly-Clark, McDonald’s, Nestlé, P&G, Sony, Verizon y Volkswagen han confiado en su talento y visión para llevar a la realidad sus ideas creativas. Actualmente reside en México y comparte el tiempo filmando entre Los Ángeles y el resto del mundo.
1. Con toda tu experiencia, ¿qué te mantiene motivado al llegar a un set?
Diría que lo primero es el porqué me metí en esto. Tiene que haber un amor y una pasión por contar cuentos. El storytelling es lo que más me motiva. En el mundo de la publicidad hay oportunidad de vivir eso. Claro, siempre hay conceptos que se prestan más que otros, pero el tema de poder filmar, trabajar con un equipo de gente talentosa, de recibir una idea en papel o la imaginación y hacerlo realidad, eso siempre es una motivación. Por supuesto que dentro de este universo hay cuentos e ideas que retan un poco más, en los que te dan más libertad para imaginar y tener texturas. Hay proyectos que son retos fotográficos, otros son búsquedas estéticas, algunos son de construcción de un personaje, otros son la creación de un universo a través de la dirección de arte… El denominador común es que mientras haya un reto y un engagement con el craft, siempre va a haber una profunda motivación. Por eso es que me siento profundamente privilegiado de hacer lo que hago y trabajar con gente tan diversa, comprometida y dedicada. Poder descubrir cosas y sorprenderse hasta la sonrisa, es extraordinario.
2. ¿Cómo definirías tu estilo visual hoy?
He gravitado muchísimo hacia la tendencia que se vio hace unos años —y lo puedo ejemplificar a través del placer que fue compartir con el “Chivo” Lubezki— de trabajar con luz disponible, con texturas un poco más naturalista. Nunca he sido un director de mucha posproducción. Ese es otro universo que me parece fantástico. Me encanta la animación, pero no es lo que se me da. Como espectador, lo veo con fascinación porque rebasa el espectro de mis capacidades y talentos. Gravito hacia personajes que me resultan interesantes y mi estilo visual depende del tipo de historia. Hay comedias que me parecen maravillosas en las que uno puede aportar. Por encima de todo —para mí— tiene que ver con personajes, con lo emotivo y lo cercano, lo naturalista. Si algo define mi estilo hoy en día, probablemente vaya orientado hacia eso.
3. ¿Hay algún libro o disco que te haya acompañado a lo largo de tu carrera?
Son muchos los libros, muchas las películas y mucha la música que para mí son importantes y que, sin duda, son fuente de inspiración. En la música —y soy muy auditivo— es poca la que no me gusta. Me gusta el jazz, el blues, la música clásica, el rock, el country… Son tantas bandas que no podría decir que el primer disco de Dylan me cambió la vida y es el que me acompaña desde entonces. Hay un soundtrack en la vida y siempre he creído en eso. Hay cosas que según el lugar en el que esté uno anímicamente cobran relevancia. Hay quizás algo que uno ha leído que fue muy importante y ya no es tan relevante, mientras que otras cosas que estaban solo en la repisa ahora tienen otro valor. La verdad es que creo que uno como storyteller —y como ser humano— tiene que nutrirse y estar en contacto con la mayor cantidad de cosas que lo puedan inspirar.
4. ¿En qué proyectos has trabajado recientemente? ¿Tienes algún trabajo en documental o ficción?
En documental, no. Si en algo estoy profundamente involucrado hoy en día como director y como socio de Whisky es precisamente en el mundo del contenido de ficción. Estamos levantado otros proyectos que tiene que ver con realities, aunque no estoy directamente relacionado con eso. Entre lo que he filmado recientemente y que me llena de muchísimo placer hay dos cosas de ficción. Por un lado, el piloto y el tráiler de Pueblo chico y el proof of concept para Mucha mierda. Ahora estamos desarrollando otros contenidos con distintos escritores que me tienen muy emocionado. Estoy muy involucrado con la parte visual de todo esto para que podamos ejecutar, se complemente el paquete y se venda la idea. Como realizador no hay nada que me emocione más que eso, que además no entra para nada en conflicto con la publicidad. Siento que esto va a ser instrumental con los nuevos retos que nos plantea el mercado. Lo bonito de la ficción es que es una dinámica distinta. Ya no se trabaja para una marca con una cantidad de necesidades, realidades y gente que opine. La ficción es un poco más personal. Uno decide si jugársela o no. Es una manera de proyectarse y reflejar las inquietudes personales. De hecho, creo que la publicidad va para allá, hacia el contenido brandeado y otros formatos que sean más afines con el consumidor. Esto lo digo como director de storytelling.
5. ¿Cómo ves el futuro de la publicidad?
Creo que por un lado los cambios que estamos viendo han llegado de una manera más acelerada de lo que la gente pensaba y esperaba. Cada vez más la gente, el público, tiene un smartphone y acceso a Internet y, por ende, a una diversidad extraordinaria de contenidos. Al fin y al cabo las marcas —y la responsabilidad de las marcas— no es empeñarse y construir espacios para que la gente vaya donde están ellos. Todo lo contrario. Hay que ir a donde está la gente. Ya el paradigma es totalmente distinto de cómo se tienen que comunicar las marcas ahora. Esto es inquietante para todos, pues estamos descubriendo hacia dónde va esto y sería mentir decir con precisión hacia dónde va la publicidad. Lo que sí sé es que cada vez la gente está consumiendo más contenido. Creo que la gente está mucho menos interesada en que las marcas le hablen de una manera invasiva o impersonal. Lo digital ha permitido una segmentación que hace posible orientar mensajes de manera específica. Los cambios son maravillosos. El craft es el mismo, el storytelling. Estoy fascinado con no saber hacia dónde va esto, porque nos ha obligado a reinventarnos. Por muchos años tuvimos ese mapa muy claro y ahora resulta que no. Para mí eso es extraordinariamente estimulante, en especial después de más de 20 años dirigiendo.
6. ¿Hacia dónde se dirige Arturo Pereyra?
Espero dirigirme, y lo intento con toda la humildad posible, a seguir sorprendiéndome y poder seguir disfrutando de las cosas que hago. Inevitablemente pasan los años. Quizás antes lo más importante era destacar y que te vieran en este campo. Por fortuna, uno va madurando y llenándose de otras cosas que cambian las prioridades. Para mí, lo más importante será siempre la familia: mi esposa y mis hijos. Y mi espacio personal, que no tiene nada que ver con la publicidad y el storytelling. Es comer, es viajar, es vivir y tener el privilegio de contar con la presencia de ciertas personas en mi vida. Como realizador, sin duda, poder asumir con emoción los retos de contenido que nos hemos planteado en la compañía y personalmente como director. Es lo que siempre me llamó la atención. Mis proyectos más representativos son los más narrativos. Creo que voy a donde siempre he tratado de ir, enredándome lo menos posible y exprimiendo lo más que pueda las oportunidades que el medio y la vida me dan. Estar en paz, aunque suene un poco abstracto.
Productora:
Whisky, México
Contacto: Roberto Rodríguez M.
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